Nuestra historia



La historia de la familia Barbera es un relato de sueños, pasión y amor por los perros que ha perdurado a lo largo de los años. Gerard, el hijo de la familia, siempre había tenido una conexión especial con los animales, especialmente con los perros. Desde pequeño, pasaba horas jugando con ellos y aprendiendo sobre su comportamiento. Sin embargo, lo que realmente lo inspiró fue su descubrimiento del Agility, un deporte que combina la agilidad de los perros con la destreza de sus dueños para superar obstáculos en un recorrido.

Hace 20 años, Gerard decidió que quería hacer de su pasión una realidad. Su sueño era crear un club de Agility donde no solo pudiera entrenar a su propio perro, sino también compartir su amor por este deporte con otros entusiastas. Sin embargo, sabía que no podría lograrlo solo. Así que recurrió a su familia, que siempre lo había apoyado en sus proyectos.

Jose M, el padre incansable, fue el primero en unirse a la causa. Con su experiencia en la construcción y su dedicación, comenzó a ayudar a Gerard a encontrar un espacio adecuado para el club y a construir los obstáculos necesarios. Su incansable trabajo y su fe en el sueño de su hijo fueron fundamentales para que el proyecto comenzara a tomar forma.


Ady, la hermana de Gerard, también aportó su energía y entusiasmo. Aunque al principio no estaba tan interesada en el Agility, pronto se dejó contagiar por la pasión de su hermano. Comenzó a involucrarse en la organización de eventos y en la promoción del club, ayudando a atraer a otros amantes de los perros y a crear una comunidad alrededor del deporte.

Miriam , la mujer de Gerard siempre fue el pilar emocional para el. Su apoyo incondicional y sus consejos sabios fueron cruciales en los momentos más difíciles. Miriam también se convirtió en un vínculo importante entre los miembros de la comunidad del club, organizando actividades y fomentando un ambiente familiar y acogedor.

Imma la Madre de Gerard se unió al proyecto , pero su llegada fue como un soplo de aire fresco. Con su creatividad y habilidades en marketing, se encargó de dar visibilidad al club, ayudando a establecer una presencia en redes sociales y a organizar competiciones que atrajeron a participantes de toda la región.

A lo largo de los años, la familia Barbera trabajó unida para hacer realidad el sueño de Gerard. A pesar de los desafíos, como la búsqueda de financiamiento o la capacitación de los perros, nunca perdieron la fe en su proyecto. Su dedicación y esfuerzo valieron la pena, y el club de Agility se convirtió en un lugar de encuentro para amantes de los perros, donde se compartían no solo técnicas de entrenamiento, sino también risas, historias y un profundo amor por los animales.


Hoy en día, la familia Barbera mira hacia atrás con orgullo, recordando cómo un sueño se convirtió en una realidad gracias a la unión y el esfuerzo de cada uno de sus miembros. 

El club de Agility NEO no solo ha crecido, sino que también ha creado un legado de amor y pasión por los perros que continúa inspirando a nuevas generaciones.